Hay gente que
se pregunta qué es eso del péplum. Este término proviene del latín. En sus
orígenes se le llamaba “peplos” y hacía referencia a una túnica que se
sobreponía a la cintura generando un volante con el que se lograba realzar las
curvas. Pero si hay una época en la que situar el peplum esa
es la década de los 40 cuando Dior hizo resurgir esta
tendencia con su “New Look” . Más tarde retomó con fuerza en los 80.
Grandes
firmas se han propuesto rescatar este coqueto volante rígido a la altura de las caderas, incorporándolo en algunas faldas, vestidos,
tops y chaquetas, logrando así, envolver a la mujer de una elegancia, una
sensualidad y sobre todo mucha sofisticación, en clave retro.
Es una tendencia perfecta para acompañar un estilo casual que brinda (ya sea
en una chaqueta, una blusa, una falda o un vestido) un look femenino, coqueto y
refinado, que puede ser también usado en la noche en fiestas y cocteles, dando
una apariencia muy chic sin tener que recurrir al encaje u otros toques más
comunes.
Aunque no hay mucha variación respecto a la silueta que presenta, en esta
tendencia sí existen infinidad de combinaciones y formas de lucirlo como las
telas, los colores, las texturas, en estampados y bordados, entre otros. Si se
desea experimentar con este corte es importante tener en cuenta el color y el
volumen, ya que puede ampliar la figura.
Para mantener un punto medio los colores neutros y en un solo tono, van
muy bien con esta tendencia, que al ser recargada en la parte media del cuerpo
exige accesorios discretos.
Aunque advierto
que
es una tendencia un tanto complicada de llevar, el secreto es
combinarlo con una prenda inferior recta, sin volúmenes.
Aquí os facilito una selección de prendas peplum ideales para esta temporada.
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